Exposición al sol y protección ocular

Seguimos con la serie de artículos en la web sobre los problemas y patologías oculares más frecuentes, tratando de aclarar las dudas más frecuentes de las pacientes que acuden a nuestra consulta.

Hoy el Dr. Rodrigo Abreu nos habla de la «la exposición al sol y la protección ocular

Todos estamos expuestos diariamente a una cierta cantidad de luz solar. El grado de exposición pueden variar considerablemente de una persona a otra dependiendo principalmente de su ocupación y de las actividades recreativas que realice en el exterior, las cuales suelen aumentar en frecuencia y duración en el verano.     Aunque la mayoría de la radiación solar perjudicial es filtrada por la atmósfera, la luz del sol que llega a la superficie de la tierra contiene suficiente cantidad de radiación ultravioleta para causar quemaduras en la piel y diversos cánceres.

Los cambios en el estilo de vida de las personas en los países desarrollados está causando un rápido aumento en la exposición a la luz del sol y, por consiguiente, a los rayos ultravioleta. La simple práctica de medidas tales como el uso de gafas de sol adecuadas o un sombrero o gorra puede proteger eficazmente a los ojos de la exposición a los rayos ultravioleta.

La radiación solar a pequeñas dosis produce beneficios al organismo como la síntesis de vitamina D y la estimulación de procesos circulatorios y metabólicos, pero cuando la exposición a la misma es excesiva comienzan los problemas para el mismo.

Un exceso de exposición a los rayos ultravioleta es perjudicial para nuestra salud ocular, ya que podría dañar la córnea, producir cataratas prematuras y también lesiones irreversibles en la retina. Los ojos son la única parte del cuerpo en la que no podemos usar crema solar, sin embargo es veinte veces más sensible al sol que la piel. Es tan peligroso la exposición al sol de forma intensa (muchas horas en el mismo día) como cuando la misma es prolongada a lo largo del tiempo. No debemos olvidar que la utilización de lámparas de rayos UVA producen las mismas lesiones que los rayos solares.

A parte del uso de gafas de sol, hay dos formas sencillas para reducir la exposición a la radiación ultravioleta como es el permanecer en interiores en las horas de máxima intensidad o el uso de un sombrero  con el que la exposición ocular a los mismos se reducirá a la mitad, y si además con él usamos las gafas de sol estaremos reduciendo la radicación ultravioleta que nos llega al 95%, ya que los efectos de los sombreros y de las gafas son aditivos. Hay que tener en cuenta que si se protege a los niños con una gorra y la visera se coloca hacia atrás, como en los últimos tiempos se ha puesto de moda, no estamos consiguiendo ningún tipo de protección.

Las patologías oculares oculares influenciadas por la radiación solar más frecuentes son:

–         Pinguécula y pterigion (pernal): Son originados por una exposición crónica al sol. Son lesiones carnosas de color blanco-amarillento que aparecen en la zona que queda expuesta con la apertura de los párpados, siendo más frecuentes en zonas tropicales y con una clara asociación a la exposición a ultravioletas.

–         Queratopatía superficial: Aparece hasta 6 horas tras una exposición aguda a ultravioletas. El cuadro es similar al que se les produce a los soldadores que no utilizan las máscaras de protección adecuadas o esquiadores debido a la alta capacidad de reflejo de la luz que tiene la nieve. Las córneas que están más adelgazadas por patologías como el queratocono o han sido sometidas a una cirugía refractiva, absorben menos radiación y ésta entrará en mayor cantidad en el ojo, creando lesiones internas.

–         Cataratas: Aunque su principal causas es la edad, diversos estudios han demostrado que los rayos ultravioletas pueden ser una de las causas, o incluso acelerar la evolución de las mismas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 20% de los 16 millones de casos de ceguera que todos los años se registran como consecuencia de unas cataratas, se deben a la sobre exposición a la radiación ultravioleta.

–         Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): No existe una asociación clara entre exposición a los ultravioletas y la degeneración macular, pero se considera uno de los factores de riesgo para el desarrollo de la misma debido al daño fotoquímico que la radiación solar puede producir a lo largo del tiempo en la retina.
El cuidado de los ojos en los niños también implica protegerlos contra los efectos de los rayos ultravioletas emitidos por el sol, ya que sus ojos están en desarrollo. Los niños y jóvenes están más expuestos a los mismos, ya sea durante las vacaciones o en el período escolar debido a las actividades recreativas y deportivas al aire libre. Para evitar el daño visual en los niños, es fundamental evitar la exposición solar prolongada a las horas de mayor radiación (entre las 11 y las 15 horas), aunque no debemos olvidar que las radiaciones ultravioletas están siempre presentes incluso con tiempo nublado. También se debe tener en cuenta que los efectos de las radiaciones solares son peores en: las zonas cercanas al ecuador (zonas tropicales y subtropicales) como Canarias, la montaña (mayor cuanto mayor sea la altura) y en el verano. Debemos saber que las superficies donde estemos como el agua, el asfalto, la nieve o la arena aumentan las radiaciones al reflejarlas. Sólo la lluvia, la niebla y las nubes bajas reducen significativamente la radiación ultravioleta.

Los lactantes y niños menores de seis meses no deben exponerse al sol, debiendo situarse siempre a la sombra y ponerle gorro o sombrero con ala que de sombra al rostro. Cuando la edad del niño lo permite es aconsejable la utilización de gafas de sol. En niños que utilizan gafas graduadas, las mismas debieran tener filtro solar.

Son muchas las personas que no son conscientes de los daños que el sol puede provocar en los ojos, lo que hace que adquieran gafas que no cumplen con los estándares de calidad necesarios para evitar los problemas de una sobre exposición solar.

A la hora de comprar unas gafas de sol debemos hacerlo siempre en establecimientos que nos ofrezcan la seguridad de que lo que compramos es de calidad y está certificado por la CE como puede ser una óptica. La elección de las gafas de sol debe proporcionar una visión confortable con la máxima protección. Sólo después de haber cumplido estos dos requisitos debe valorarse el componente estético. El primer requisito es comprobar que tienen el marcado CE. El segundo aspecto técnico a tener en cuenta es el tipo de filtro solar de las lentes. Lo filtros más habituales conjugan el color con la capacidad de absorción de las radiaciones solares, siendo importante la elección de éstos con la actividad laboral o deportiva a desarrollar.

Hay que tener en cuenta que la capacidad de una lente para filtrar los rayos ultravioletas es en gran medida una función de cromóforos que forman parte del material de la misma. Estos cromóforos puede tener poco o ningún efecto sobre el color o la oscuridad de la lente. Por lo tanto, el color o la oscuridad de la lente no da ninguna indicación sobre las características de absorción de los rayos ultravioletas.

El color de las lentes de unas gafas de sol debe ser elegido sobre la base de la preferencia personal y las necesidades visuales del individuo. Las lentes de color gris no alteran la percepción del color natural, pero como sí que obtenemos un contraste menor.  Para muchas personas, el ámbar y el marrón les proporciona un ambiente más agradable, sin alterar significativamente los colores naturales. El verde presenta el mayor grado de distorsión de color y puede que de vez en cuando disminuya la capacidad de reconocer las señales de tráfico. El amarillo o rosa absorben poca luz visible, pero pueden tener una buena absorción UV si el material de fabricación es de calidad. Luz azul se dispersa refractado y más de otras longitudes de onda visibles en el ojo. Las lentes polarizadas reducen sustancialmente el deslumbramiento, siendo especialmente beneficioso para los conductores, pescadores y navegantes. A pesar de que la polarización puede proporcionar importantes ventajas en términos de confort, reduciendo los deslumbramientos, ésta tiene poco efecto sobre las propiedades de absorción de los rayos UV de las lentes.

La utilización de gafas de sol homologadas, con filtro adecuado, protegen el globo ocular de las radiaciones ultravioleta, aumentando el confort y la calidad visual en situaciones de intensa luminosidad, sin alterar la percepción de los colores. Con su uso se benefician especialmente las personas con más sensibilidad a la luz, como aquellos que han sido operados de cataratas y los que tienen los ojos claros. Las gafas también resultan muy útiles como mecanismo de protección ocular en la práctica de deportes y de otras actividades cotidianas, como el bricolaje o la jardinería, más frecuentes durante las vacaciones.